En mis brazos...
mientras beso tu cuello...
mientras palpo tus sentidos...
... adormecete en mis piernas...
y deja que mis manos, se deslicen juguetonas...
y te acaricien en plenos delirios....
en la tarde en que decides que tu mente...
retorne a esos pensamientos
abiertos a la sed del deseo...
que despierta al solo tacto de la piel...
Lo sabia...
somos dos en uno solo,
cuando sentimos el imposible decoro de la pasión.